El 25% de los empleados se encuentran involucrados con la estrategia y sólo el 28% de los ejecutivos creen que las decisiones de su empresa están alineadas con la estrategia. Este porcentaje disminuye en las empresas de países en vías de desarrollo, donde los recursos y la formación son más limitados, según una encuesta realizada por McKinsey.
Dentro de los motivos principales de esta falta de alineamiento radica en el liderazgo y la comunicación dentro de la organización. Los líderes son responsables de transmitir la visión y la estrategia de la empresa a sus equipos. Sin embargo, a menudo, la comunicación es deficiente o inexistente. Además, muchos líderes asumen erróneamente que los empleados entienden y se comprometen con la visión y la estrategia, sin tomar medidas para verificarlo.
Muchas veces los líderes mismos no tienen una claridad en la visión de la empresa, y si los líderes no están seguros de la dirección que debe tomar la empresa, es poco probable que puedan comunicarla de manera efectiva a sus equipos. Por otro lado, incluso cuando la visión está claramente definida, pero si la estrategia no se traduce en metas y acciones específicas, los empleados pueden tener dificultades para entender cómo su trabajo contribuye a los objetivos más amplios de la empresa.
Otras variables que influyen en la falta de alineamiento incluyen la resistencia al cambio, la falta de recursos y formación, no compartir los valores de la empresa y la desconexión entre la estrategia y la cultura de la empresa.
¿Pero cuál es el impacto de esta falta de alineamiento estratégico? Según Bain & Company, las empresas que logran un alto nivel de alineamiento estratégico son hasta un 40% más productivas y rentables que sus competidores. Además, estas empresas tienen una mejor retención de empleados, mayor satisfacción del cliente y mayor capacidad para adaptarse al cambio.
El alineamiento estratégico no es fácil de implementar, requiere esfuerzo y compromiso de sus líderes, compromiso de reforzar y comunicar de manera clara y constante la visión y la estrategia de la empresa a todos los niveles de la organización. Esto incluye no solo transmitir la dirección general de la empresa, sino también cómo cada empleado y equipo puede contribuir a alcanzar los objetivos estratégicos y darles el espacio, la responsabilidad y confianza para que ejecuten sus roles.
Claudia A. Claver R.
Asesora Estratégica – SOMBRERO AZUL SRL