¿Por qué la falta de un buen lineamiento estratégico puede llevarte al fracaso?

La misión y la visión actúan como faros que guían a las empresas, delineando el camino que deben seguir para su desarrollo y crecimiento. A pesar de su importancia, estas suelen ser subestimadas y su elaboración, a menudo insuficiente, ni inspira ni brinda a los empleados una dirección clara, resultando en un desapego y una falta de empeño para alcanzarlas.

El Valor de una Misión Concreta

Un estudio de Gallup subraya que las empresas que poseen un propósito y una misión bien definidos cuentan con empleados más comprometidos, productivos y leales. La razón es simple: cuando los empleados entienden la misión de la empresa, pueden visualizar cómo su trabajo contribuye a un objetivo más amplio, aumentando su motivación y compromiso.

Un caso emblemático es Microsoft. Su misión, «empoderar a cada persona y cada organización en el planeta para lograr más», no solo define un rumbo para la empresa, sino que también motiva a los empleados a trabajar en pos de un objetivo que trasciende el simple interés comercial.

El Valor de una Visión Realista

Una visión es un objetivo que una empresa aspira a alcanzar, pero con frecuencia, me encuentro con visiones poco realistas. La afirmación de «seremos los mejores del mundo» es común entre muchas empresas, sin embargo, sé que no existe un plan o recursos dedicados a este objetivo, restándole credibilidad ante sus empleados y público en general. Además, «ser el mejor» es una afirmación subjetiva, ya que puede tener muchas interpretaciones.

De ahí la importancia de desagregar tanto la misión como la visión, es decir, traducir qué significa para la empresa “ser la mejor” y así con cada impronta que hagamos. Esto asegura que todos los empleados estén alineados y evita malentendidos.

      Estrategias para Definir una Misión y Visión Eficaces

Según la Harvard Business Review, una misión y visión efectivas deben ser claras, realistas y capaces de resonar emocionalmente con los empleados. Proponen tres estrategias para lograr esto:

     1. Involucrar a los empleados en su definición: Esto asegura que la misión y la visión sean relevantes y brinda a los empleados un sentido de pertenencia y compromiso.

   2. Mantener la misión y la visión arraigadas en la realidad: Deben ser ambiciosas, pero también factibles, y deben alinearse con los recursos y habilidades de la empresa.

    3. Comunicar regularmente la misión y la visión: Deben formar parte de las conversaciones diarias en la empresa, en lugar de ser simples declaraciones escritas en una pared.

Al definir, comunicar y alinear a todos los empleados con nuestra misión y visión, no solo trazamos un rumbo claro para la empresa, sino que también motivamos e inspiramos a los empleados a trabajar por un objetivo superior, de esta forma ellos comprenden cómo su trabajo individual contribuye al objetivo general de la empresa.

 

Claudia A. Claver R.

Asesora Estratégica

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